Nacida en Quito, Ecuador, Catalina Álvarez descubrió su amor por el violín mientras estudiaba en el Centro de Difusión Musical de la Orquesta Sinfónica Nacional del Ecuador y en el Conservatorio Nacional de música. Sus principales maestros fueron Egon Fellig y Mario Ortiz. Después de graduarse de la escuela secundaria, Catalina continuó sus estudios de música en EE.UU., gracias a varias becas y premios. Obtuvo sus títulos en ejecución de violín Summa Cum Laude de la Universidad de Louisville y Cum Laude de la Universidad de Yale, con una licenciatura y una maestría respectivamente. En Louisville, Catalina estudió con Michel Samson, siguiendo la escuela de violín de Galamian, y en Yale estudió con Erick Friedman, el alumno más reconocido del gran violinista Jasha Heifetz. Mientras estuvo en los EE. UU., también recibió entrenamiento de música de cámara con el Tokyo String Quartet y Charlie Castleman en The Quartet Program, y asistió a clases magistrales con Sally Thomas, Nigel Kennedy y Cho-Liang Lin. La curiosidad de Catalina por los diferentes estilos y enfoques de la interpretación del violín la llevó a Europa, radicándose en los Países Bajos. Allí estudió con Joan Berkhemer y Jaap van Zweden. Habiendo absorbido tanto conocimiento de diferentes fuentes y escuelas a lo largo de los años, Catalina decidió que le gustaría compartirlo con otros. Por lo tanto, obtuvo una licenciatura en pedagogía en el Conservatorio de Ámsterdam y comenzó a enseñar violín a niños y jóvenes de diferentes niveles.
Profesionalmente, Catalina ha llevado su talento por todo el mundo. Al graduarse de la escuela secundaria, comenzó a tocar como primer violín en la Orquesta Sinfónica Nacional de Ecuador. Durante sus estudios en EE.UU., solía hacer el viaje de regreso a casa para dar presentaciones como solista con la Orquesta Sinfónica Nacional y la Orquesta Sinfónica de Guayaquil. También actuó en varios conciertos de música de cámara tanto en Ecuador como en Estados Unidos. Mientras estuvo en los Países Bajos, Catalina trabajó como freelance, principalmente con la Radio Symfonie Orkest, la Nederlands Symfonie Orkest, y la Nederlands Philharmonisch Orkest. Luego se mudó al sudeste asiático, donde tocó durante 21 años con la Malaysian Philharmonic Orchestra, participando en giras por varios países, como Japón, China, Corea, Singapur y Australia, entre otros. Tuvo el gusto de trabajar con muchos directores y solistas notables como Lorin Mazel y Vladimir Ashkenazy.
En Malasia, Catalina continuó enseñando y formando a niños y jóvenes en el arte de la música, el violin y apreciación musical. Contribuyó en varios proyectos bajo el Programa de Educación y Difusión de la Malaysian Philharmonic Orchestra (MPO), destacándose el Junior Violin Program, del cual fue cofundadora. Utilizando los métodos de instrucción musical de Kodaly, Suzuki y Zweig, logró despertar el amor por la música y desarrollar el talento de sus alumnos, varios de los cuales pasaron a integrar las orquestas infantil y juvenil de la MPO.
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